Murcia, Extremadura, Aragón, La Rioja y Navarra entre las CC.AA. cuyo empleo mejor resistió en la crisis del COVID-19

  • Se trata de Comunidades Autónomas con pérdidas de afiliación por debajo de la media española del -3,6% hasta junio
  • En mayo se reactivaron sectores como la construcción, con 55.200 afiliados más, mientras que la sanidad comenzó a retroceder (-8.200)
  • El 55% de las pérdidas de afiliación durante la crisis del COVID-19 corresponde a jóvenes de entre 16 y 34 años

 

Madrid, 20 de agosto de 2020.- La crisis del COVID-19 terminó con una pérdida de empleo de 760.000 afiliados menos (-3,9%) entre el 12 de marzo al 31 de mayo. Todas las Comunidades Autónomas han sentido el impacto de la crisis, aunque en distinta medida, fundamentalmente porque el peso de los sectores más afectados no es el mismo.

Esta es una de las conclusiones recogidas en el Índice ManpowerGroup que ofrece una visión agregada del impacto de la crisis desde el 12 de marzo hasta el mes de mayo, por sectores, tipología de los contratos, características personales de los afiliados y territorios.

En términos muy agregados, entre febrero y mayo, se dibuja un mapa de menores caídas en las comunidades de Murcia, Extremadura, La Rioja, Aragón, Navarra y País Vasco, Castilla la Mancha, Cantabria, Asturias y, Castilla y León Se trata de Comunidades Autónomas que han presentado una mejor resistencia al impacto del COVID-19, con pérdidas de afiliación por debajo de la media española del -3,6%, con registros que van desde el -0,7% de Murcia al -3,4% de Asturias.. El resultado en Canarias deriva de la elevada caída de los afiliados en hostelería y comercio, mientras en Andalucía es el aporte de la construcción y la hostelería que explica el grueso de su pérdida, parecido a lo que sucede en Castilla y León a la que hay que sumar el aporte de las actividades administrativas.

El impacto en cada CC.AA. es la traducción del impacto en cada sector porque en mayo, destacó el aumento mensual de la construcción de edificios y la construcción especializada, así como la hostelería y la restauración.

En general, se trata de los mismos sectores que presentaron las mayores caídas entre febrero y abril: los servicios de restauración presentaron entonces la mayor caída (-130.000), seguidos de la construcción, especializada (-64.000) y de edificios (-62.000).

En el otro extremo, y ello constituye una marcada diferencia con lo sucedido hasta abril, aquellas actividades más directamente vinculadas a la crisis del COVID-19 como son sanidad y asistencia en establecimientos residenciales, presentaron un cambio de signo contrario a partir del mes de mayo.

Frente a los aumentos de marzo-abril, las actividades sanitarias retrocedieron (-8.200 afiliados menos), al igual que las de asistencia en establecimientos residenciales (-4.900 afiliados).

En todo caso, entre febrero-mayo, para el conjunto de la crisis las mayores pérdidas absolutas de afiliación se han concentrado en restauración (-9,4% y -122.000 afiliados), educación (-6,2% y -67.000 afiliados) y actividades relacionadas con el empleo (-30,6% y -62.000 afiliados) que, conjuntamente, aportan el 35% de la destrucción de afiliación.

En el conjunto de la crisis del COVID-19 (febrero-mayo) continuó la caída de la afiliación de los menores de 34 años, hombres e inmigrantes: un perfil muy parecido a los primeros meses de la crisis financiera. Cabe destacar, la pérdida de afiliación de los más jóvenes en marzo y mayo, que ha sido de un muy elevado -8,1%, a comparar con la menor caída para los de 35 y más años (–2,1%). Se concluye que los profesionales de entre 16 a 34 años, con un peso en febrero que superaba escasamente del 25% del total, han aportado más del 55% de la pérdida total de afiliaciones en la crisis sanitaria del COVID-19.

 

 

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